top of page

Serendipia con Preticor®️


Edgar Mereles Ortiz.


Alea iacta est.

Leona, se aproxima suavemente, no quiere asustar a nadie con sus pasos por el cuarto de madera, no quiere despertar a todos, solo a uno. Son las dos de la mañana del 12 de abril de 1975. Continúa su paso lento, no tanto por el dolor sino por que va cavilandosobre lo que va a suceder, sabe, está muy consciente que el fallecimiento de su abuelo cambiará muchas cosas, así se lo ha hecho saber su tía Marciala. Leona entre los parpadeos de luz de las veladoras sobre el botiquín, le permiten ver el rostro dormido, sereno de su hijos. En una misma cama duermen Serapio el hijo mayor, pegado a la paredpara que Odón, el varón menor no caiga y quede atrapado entre la cama, después sigue Mancio, al final en el otro extremo de la cama, Rutilio.

Leona los ve, sus lágrimas brotan, de inmediato se lleva la mano izquierda a los labios para reprimir cualquier sonido que delatara su llanto. Busca un espacio en esa vieja cama, se sienta al vilo del colchón, empuja con suavidad el cuerpo de Rutilio, con aparente tranquilidad pone su mano derecha a la altura de la cadera del niño y lo zarandea con ternura. - ¡Rutilio! susurra, ¡Rutilio! eleva la voz¡Rutilio, despierta!. El niño reconoce la voz, gira despacio su cuerpo mientras se apoya con el brazo en el colchón para medio erigir su torso, se frota con la mano derecha los ojos, medio abre uno de ellos y responde - mande má- entre sílabas. Leona totalmente repuesta y controlada con voz baja pero firme, se acerca a él – Lito acaba de morir, vístete y ve a la casa de tus padrinos, le dices a Don Benigno que necesitamos leña, café y azúcar –

Rutilio está totalmente despierto, la noticia lo sacudió, Lito era el diminutivo afectivo con el que llamaban al abuelito Marcelino, pastor de una iglesia evangelista, obrero de la fábrica de Necoxtla, padre de siete hijos, excelente esposo, dueño de una parcela donde se cultivaban zanahorias, lechugas, rábanos, verdolagas, coliflores, cilantro entre otras legumbres.

Marcelino fue un padre recio, de carácter duro, con una autoridad reconocida en toda la región, era tan severo, que muchos padres de familia llevaban a sus hijos para que con sus varas de los rosales los reprendiera. Don Marcelino se sentaba en el corredor de su casa y llegaban sus vecinos diciendo: Don Marce, buenas tardes, le traigo a mi hijo para que le dé sus fregadazos, reprobó en la escuela, no ayuda en la casa y robó unas frutas de la casa de Don Eucario León. Marcelino caminaba lentamente por el corredor, tomaba su vara, le ordenaba al infante que se bajara su pantalón y se recargara en la pared y comenzaban los severos correctivos, entre cada varazo declamaba: “Pro ver bios 22:15 - Lane ce dad estáli ga da enel co ra zón delmu chacho; Masla va ra dela co rrec ción la ale jará deél.”Así, cada varazo tenía un énfasis en la pronunciación; con esta medida, Don Marcelino hacia notar que su sanción física tenía un sustento bíblico.

Don Marcelino murió, tenía 90 años de edad y Rutilio sabía lo que eso significaba para toda su familia, muchas veces escucho a la tía Marciala decir: “no entiendo como mi padre puede permitir que el pecado del adulterio viva dentro del terreno; no lo deseo, pero tan pronto el Señor Jesucristo llame a su presencia a mi padre, pondré orden corriendo de la casa a la pagana de Áurea, la adúltera de Leona y sus bastardos.”

La suerte está echada.

14 de Diciembre 2019.

®Todos los derechos reservados.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
CARTA ABIERTA A SEGOB.

Ciudad de México, Diciembre 2019. Lic. Olga Sánchez Cordero Secretaria de Gobernación Apelando a la responsabilidad que confiere a su...

 
 
 
El (otro) tratado.

Rutilio Ortiz Zarate. El (otro) Tratado. Muy poco le duró el gusto al gobierno mexicano sobre la firma del Protocolo de Modificaciones y...

 
 
 
¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Frontispicio. Rutilio Ortiz Zárate. Hace 82 años por los meses de junio de 1937, Pablo Picasso pintó una de la obras más polémicas de su...

 
 
 

Comments


Post: Blog2_Post

Follow

  • Twitter

©2019 por La Trifulca. Creada con Wix.com

bottom of page